En verdad creé este blog sólo para hablar de él. Sí, de alguien que lo es todo en mí. Es la persona que ocupa mi corazón, mi vida y mi mente, por quien respiro, es el que me da la satisfacción de vivir u quien, a la vez, me la quita. Como yo se la quité... :S
Y es que no me enorgullezco al decir que le dice daño, sin querer. Por eso lo perdí: por no tomar decisiones buenas para los dos, por creer que hacía lo correcto cuando no era así, por arriesgarme siempre a lo malo, por hacerme la difícil, por, a pesar de quererlo tantísimo, no demostrarlo.
Así que se hartó. Y se fue. No hice nada para impedírselo, ya que me estaba cargando nuestra relación y algo en mi interior me dijo que lo dejara escapar. Solamente, lo único que hice esa noche, fue verlo alejarse hacia la felicidad, supongo... Me quedé sola.
He llorado, me he desgarrado, le he echado de menos y he sentido que me moría. Aún sigo amándole como el primer día; pero él a mí ya no. Puso como excusa que, cuando te hacen tantas putadas, se olvida fácilmente. Al decirme eso, me hice polvo; pero cada uno tiene lo que se merece, en algún momento de su vida, y, si me merezco esto, lo acepto. Ahora me toca sufrir a mí.
Y, si de verdad lo quiero, escribir esto, merece la pena y sirve de algo.
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